Por: Orlando Giraldo Arango, OGAQuien sirve se pone a los pies de los demás y parece humillarse, pero se enaltece. Nadie es más puro de corazón que aquél que entrega su vida por el amigo, más aún por el enemigo. Recordemos que: "BIENAVENTURADO EL HUMILDE", dice El Señor, y que cuanto más pequeños somos, más grandes nos vemos. La humildad nos acerca mucho más a quienes nos rodean sin distinción alguna; la humildad nos sensibiliza, nos humaniza y nos señala el camino hacia la misericordia, la comprensión y la tolerancia.
¡Que quien me ame te ame más a ti, Señor! Estas palabras me han maravillado, y aunque parecen de difícil inspiración humana, han sido pronunciadas en mi presencia por una encantadora dama que así le hablaba a Dios en su oración. Nacidas en lo más profundo del corazón de una persona de tan elevado sentimiento espiritual como ella, no podía esperarse nada menos que la exaltación de su existencia al Dios Todopoderoso y su manera de honrarle poniendo su Santo Nombre y el amor que le profesa antes que todo.
Y es que toda sana intención verá sus frutos si en ella está de por medio el amor, y si hacemos de la pasión esa fuerza motora que nos lleve al feliz logro de nuestros propósitos. Rindamos cada instante un homenaje al amor por su grandeza.
EL AMOR ES FUENTE PRODIGIOSA, ES LA MAYOR RIQUEZA, ES EL MÁS GRANDE DON DE LA HUMANIDAD. EL AMOR ES EL MOTOR DE LA VIDA. Por eso digamos todos a una sola voz hoy y siempre: ama siendo humilde de corazón, sirve y serás feliz y ahora sí ¡QUE VIVA EL AMOR! Tomado del libro "Servir y Ser Feliz", de OGA
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